jueves, 10 de mayo de 2012

COMUNICACION


(Lo que vas a leer no es religión, no es filosofía, no es un estudio científico sobre la conducta animal, sobre energías, sensaciones o emociones, solo es la interpretación de mi experiencia, para que nadie me lo tache de mentira, diré que es un cuento)

New Zelaland,  un camping en mitad de la nada, isla norte, 2 hermanos y un chavalín alemán más Rocío, la chica que conocí en el curso de Vipassana. Había terminado el curso hace unos 4 o 5 días, todavía todo estaba reciente, era capaz de sentir mi cuerpo, mis energías, mis emociones, y a la vez de controlar mis actos, pensar antes de actuar.
Era por la noche, habíamos cenado ya y estábamos tomando algo de beber, nada muy fuerte, quizá un par de vasos de pachas, algo parecido al anís. La noche se hacía cada vez más densa, se escuchaban más insectos, más pájaros, el ruido del mar era continuo, ligero, nos mecía, estábamos felices de hacer amigos por el camino. Con el tiempo los insectos también sentían más confianza, los mosquitos hacían aparición, alguna mariquita también.
Entonces apareció una mantis religiosa, llego volando, que magnificas son, que figura tienen, cayó en mi mano y la aparte. Nadie se dio cuenta. La charla continuo, pero esta vez  Mantis, quizá la misma, quizá otra, cayó en la ropa de Rocío, entonces ella se agito, la gente se dio cuenta y el miedo empezó a parecer. Con la sacudida Mantis cayo a la manta donde estábamos sentados, la miraban extrañados, con desconfianza, con extrañeza. La sensación se contagio a todos, incluida ella, yo lo vi, yo lo sentí. Se empezó a mover en círculos, mirando a su alrededor, las voces humanas son fuertes, y decían palabras con fuerza, TEN CUIDADO! ESTA EN POSICION DE ATAQUE! MIRARLA, VA A ATACAR, MOVEROS!
Una mantis es un insecto no muy grande, lo suficiente para que se la pueda apreciar en detalle, pero no llega a ser más larga que un dedo, no más fuerte que un palito. Ella voló hacia mí, se poso cerca de mi cuello, esta vez yo me asuste, me moví sin pensar, alguno grito, y yo me asuste mas, así que Mantis callo a la manta de nuevo. Yo me di cuenta perfectamente de lo que estaba pasando, o supe perfectamente lo que estaba interpretando. Miedo colectivo, todos los seres vivos sienten miedo, las energías se traspasan fácilmente, al fin y al cabo, todo es energía y vibraciones, movimiento. Sentí que lo que tenía era miedo colectivo, me deje influenciar por la masa, eso me hizo reaccionar sin pensar, hice mal.
Para ese momento recordé una tarjeta que me dio una mujer haciendo autostop, unas 4 semanas atrás. Era una especie de fórmula para mejorar las relaciones entre seres vivos, trataba de fijar un objetivo, y sin interferir en su acción decirnos a nosotros mismos, es un ser vivo y como yo busca la felicidad; como yo, sufre; como yo ha sentido la soledad, la tristeza, la desesperación; como yo, busca llenar sus necesidades; como yo, aprende de la vida. Así que deje de escuchar las voces, el sonido del mar, de sentir los mosquitos, me metí en mi interior, bucee entre mis sensaciones profundas sobre el porqué de esa aversión ahora hacia esta criatura. Lo que me detenía era la desinformación, las ideas metidas desde fuera, nunca una mantis me había atacado, porque me iba ha hacer daño? Salí de mis adentros y busque comunicarme con ella, la sentí, vi que estaba confundida, con una luz que la cegaba, desorientada, rodeada de criaturas extrañas enviándola energías de miedo, odio, incomunicación, aversión. Ella quería salir de allí pero no sabía por dónde, como, así que desde mi corazón mande un fuerte mensaje de amor, amor hacia la vida hacia ella, la “dije” confía, te voy a sacar de aquí, por lo que baje mi mano hasta el suelo, y ella despacito se fue acercando, un poco desconfiada hasta que alguien dijo: CUIDADO! ESTA LEVANTANDO LAS PINZAS, TE VA A ATACAR! Voló hasta otra esquina, la dio miedo el grito, sus energías, intento escapar pero había otra persona en ese camino.
Yo volví desde el principio, la dije que confiara, que la iba a sacar de aquí, iba a ser libre de nuevo en su tierra. Mantis giro el cuerpo hacia mí, y levanto su piza derecha como indicando que estaba allí, y que la tendiera mi mano, yo la acerque mi mano, pero esta vez hice un SSSSSS para los humanos, ya nadie dijo nada, solo miraban lo que estaba ocurriendo. Ella camino hacia mi mano y muy despacito subió, claro que levanto las pinzas, son parte de sus patas para moverse y ayudarse a subir, pero en ningún momento quiso atacar. Me miro, nos miramos.  Nos comunicamos. Después la saque del círculo, y de la misma manera que subió bajo, despacito, sin prisa. Confiando como un bebe en su madre, como quien está en un país desconocido y en mitad de un barullo, donde te miran y te señalan, alguien sale de la multitud, se cerca a ti, te coge la mano, te sonríe, y te acompaña fuera, donde te sientas seguro, donde no te griten, donde puedas entender sin palabras, donde la comunicación fluya en un lenguaje universal. Después, una vez en tierra, volvió su cuerpecito frágil hacia mí, yo la sonreí y voló, voló libre, como ser vivo que es.                   

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